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viernes, 27 de enero de 2012

jueves, 26 de enero de 2012

Demasiado desafío.

Y llega ese momento
el momento que deseaba desde hace tiempo
el momento en el que lo vuelvo a ver
y entonces el mundo se para, deja de girar,
hay demasiado ruido, pero no escucho nada, solo los latidos de mi corazón, van cada vez más deprisa,
siento que alguien me habla, no hago caso, no puedo hacer caso, mis músculos están inmóviles.
Ahí esta, frente a mi, mirándome, sin parpadear, 
por un instante, un misero instante, estamos así, inmóviles, sin poder apartar la mirada el uno del otro,
parece que me esta llamando con la mirada, quiere decirme algo, sus labios lo intentan, pero no le salen palabras, solo esa mirada.
<<¡Basta!>> me digo a mi misma, aparto la mirada, demasiado orgullo corre dentro de mi, 
está ahí, a pocos metros de mi, me mira, me está mirando, lo sé, lo siento, me lo dicen, no se quien, estoy desorientada.
<<No debo mirar, no, no puedo>> se repite una y mil veces en mi cabeza, me he prohibido volver a mirar, pero como todo lo prohibido se vuelve tentador y miro, discreta, sin que nadie se de cuenta,
y el también mira, lleva rato mirándome, nuestras miradas se vuelven a cruzar, ahora más intensamente,
he visto esa mirada antes, muchas veces, se que quiere decir, lo conozco, pero el también me conoce a mi y sabe que no haré caso a sus plegarias convertidas en miradas, lo sabe, o quizás no, 
no tiene valor, yo tampoco, demasiado orgullo, demasiado rencor en el ambiente.
Y entonces el puto mundo vuelve a girar, rápido, como nunca antes había girado, demasiada rapidez
y sin darme cuenta me encuentro en mi cama, lamentando no haber acudido a sus miradas.

miércoles, 25 de enero de 2012

Qué difícil es olvidar las cosas bonitas.

Basta. Estoy fuera. De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdido. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorado, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo de nuevo todo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver.


-Libro: Tengo ganas de ti.